El periodista Juanma Trueba publica «Diccionario de ciclismo», un glosario colmado de sentimentalismo por este universo deportivo. Un verdadero planning lector apasionante para los fans del deporte del maillot amarillo, de las subidas a pedaladas y los pelotones acelerados.

Por Javier | Se me han saltado las lágrimas. Sí, soy un sentimental, pero ¡vaya librazo! El «Diccionario de Ciclismo» que nos brinda Juanma Trueba (GeoPlaneta) perfectamente podría llevar el sello de la Real Academia Española, de la Unión Ciclista Internacional o del Colegio de Psicólogos.

Acaba de salir a la venta, y tras su lectura puedo confirmar que aglutina buena literatura, rigor histórico, conocimiento deportivo y, sobre todo, un cóctel de sentimientos que funciona como gel energético en plena subida al Tourmalet: cuánto más lees, más ganas tienes de coronarlo a la vez que disfrutas de sus vistas desde la cima, aunque siendo consciente de que a medida que va terminando la bajada, se pierden las imponentes vistas, eso sí, con la renovada esperanza de encontrar a sus pies otro puerto o quién sabe si otro capítulo.

UN LIBRO QUE HUELE A VERANO

En «Diccionario de Ciclismo» Trueba nos invita a recorrer el mapa geográfico, temporal y sentimental de la Historia del ciclismo con un toque personal, huyendo de las historias más conocidas y centrándose en lo que, a los locos del ciclismo y a los que no lo son tanto, más les puede remover por dentro, un abanico de sensaciones que lleva al lector en volandas, bonificando en cada capítulo y alimentando la emoción con cada avituallamiento a medida que el lector va devorando las páginas de este título.

Se respira nostalgia en cada página, pero no de cualquier tipo, una nostalgia familiar, de un clan ciclista y de un autor que ha vivido y sentido tanto el ciclismo como el periodismo, pedaleando desde Cantabria y llevando a todos los hogares españoles las hazañas de los nuestros y de los que no lo son tanto privándonos de las siestas día sí y día también verano tras verano.

De la A a la Z te transporta al momento y al lugar indicado en cada capítulo; con protagonistas en el foco de la hazaña y otros que no lo son tanto pero poniendo el altavoz en esas historias menos conocidas que tanto o más lo merecen.

Un diccionario en el que Juanma Trueba, lejos de pretender sentar cátedra, nos invita a pasear por sus recuerdas de infancia. A media que uno avanza su lectura, se anima a quitarse los ruedines, puesto que es muy probable que este título se convierta en compañero de sobremesas, piscinas y viajes en cualquiera ruta que se precie.

«Diccionario de Ciclismo» es un libro que huele a verano, una recomendación para que os lo podáis merendar rápidamente, con plato grande y piñón pequeño.