#PlanningTeatro : Crítica de «Un obús en el corazón»

Una temporada más los Teatros Luchana invitan a disfrutar de un planning teatral extraordinario: «Un obús en el corazón», una versión dirigida por Santiago Sánchez y protagonizada por la inmensidad escénica de Hovik Keuchkerian.

Por Cris | La expectativa que tenía puesta en «Un obús en el corazón» es algo que se veía superado a un nivel tan alto y tan incalculable que todavía hoy, aún habiendo reposado unos días el poderoso efecto de ese gran tándem texto-interpretación, recordarlo me lleva subconscientemente a teletransportarme a mi butaca con la mente absorta en la historia de Wahab.

En esencia, este proyectil testimonial va fuerte, muy fuerte. Porque «Un obús en el corazón» es un planning de teatro grandilocuente en forma y esencia. Y es que, el texto original de Wajdi Mouawad (Incendios) es la potente base versionada y dirigida por Santiago Sánchez que podemos disfrutar una temporada más en los Teatros Luchana. Un texto extraordinario protagonizado por la inmensidad escénica de Hovik Keuchkerian.

Un directo sobrecogedor

La guerra, el cáncer, la soledad, el miedo, la rabia,… este incendiario texto apunta alto, lanza preguntas y golpea conciencias contundentemente. Santiago Sánchez – director de la extraordinaria Compañía L’OM-IMPREBÍS – firma la versión y la dirección de «Un Obús en el corazón», un montaje con una puesta en escena sencilla – apenas hay un par de elementos sobre el escenario – que dan a Hovik Keuchkerian la responsabilidad de dar voz a un testimonio con una dificultad emocional exorbitada. Y ojo a su inmensidad interpretativa porque regala un trabajo ma-gis-tral: la crudeza de su actuación te lanza un gancho directo rememorando los inicios pugilísticos.

Una llamada en medio de la noche. Alguien, al otro lado del teléfono, dice “Ven”. Wahab sale. Una ciudad extraña. El frío le hiela las pestañas. Recuerda el calor de su tierra. ¿Quién le llama? ¿Qué va a ocurrir? Aunque quizás, para Wahab, todo comenzó cuando tuvo que abandonar su país, el día que olvidó el rostro de su madre, el día que un obús perforó su corazón. 

La entrega y el desgaste de Hovik en escena es algo sobrecogedor. Cruzarse con su mirada te conmueve, te sobrecoge, te remueve sin poder evitarlo, o autosilenciarlo. Y es que, siendo más que merecido el éxito del actor con ‘La casa de papel’ o ‘Antidisturbios’, este ejercicio es brutal. Su capacidad actoral es capaz de traspasar una pantalla – es que lo que hace con el agente Osorio es una gozadera absoluta- y en este en vivo y directo esa soledad en escena – del actor y del personaje – derriba con aplomo una cuarta pared a la que hace contener la respiración desde su entrada a escena.

La crudeza del testimonio, la actualidad tan vil que aún se vive en algunos rincones del mundo, sin olvidar el susceptible panorama mundial, convierte «Un obús en el corazón» en un éxtasis teatral imperdible.

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