‘No las llames chicas, llámalas futbolistas’ : un ensayo contrastado y muy interesante en el que Danae Boronat aborda la realidad del proceso que vivieron las futbolistas hasta la profesionalización de la categoría femenina del deporte rey.

Por Cris | Largo, MUY largo ha sido el camino hasta que el fútbol femenino conseguía profesionalizarse. Pero, ¿ahí acabó todo? ¡PARA NADA! Aún quedan «cositas» por conseguir: más visibilidad en los medios, en las retransmisiones de los partidos, y disponer de los mismos sistemas de asistencia técnica que el fútbol masculino. Porque desde que el fútbol es fútbol, y desde hace más tiempo del que pensamos, las mujeres ya se animaban a jugar a este deporte, e incluso, a finales del siglo XIX ya se fundaba el primer equipo femenino de fútbol de la historia.
A través de un recorrido por los hitos superados de la categoría femenina, Danae Boronat es concisa es su mensaje: ‘No las llames chicas, llámalas futbolistas’ (Libros Cúpula). La periodista, redactora, comunicadora, narradora y autora de éste fantástico planning lector sabe muy bien de lo que habla. Porque ella, y como ELLAS, ha conseguido ser todo lo que se ha propuesto, incluso aquello no que le dejaban ser. Y de eso va este libro precisamente, de la reivindicación y la rebeldía de las mujeres; de ser reconocidas como futbolista en un mundo que, no sabemos muy bien quién, alguien decidió que era territorio de hombres.
NOMBRES PROPIOS DEL FÚTBOL FEMENINO
‘No las llames chicas, llámalas futbolistas’ es un ensayo contrastado y muy interesante en el que Danae Boronat aborda la realidad del proceso que vivieron las futbolistas hasta la profesionalización de la categoría femenina del deporte rey.
Gracias a este libro, tan sumamente bien documentado, conocemos historias reales con nombres y apellidos de aquellas mujeres que se abrieron paso en el mundo del fútbol, y en la vida en general, gracias a su trabajo, esfuerzo, tenacidad y rebeldía. Un libro que muestra a la Danae más futbolera desde sus primeras páginas en las que cuenta sus andaduras en este deporte desde pequeña, en su Tarragona natal, y lo que sentían ella y su amigas cada vez que practicaban su pasión: el fútbol.
Con esa misma pasión nos propone un recorrido por los siete capítulos que componen el libro: desde su infancia más futbolera hasta el día de hoy donde es una reconocida periodista deportiva, pasando por todas esas historias con nombre propio – Soni, Alexia Putellas, Vero Boquete, Vicky Losada, Megan Rapinoe, Conchi Sánchez, etc- y con los sin sabores que esta profesión les ha ido deparando a manos de auténticos sinvergüenzas, machistas y acomplejados como el antiguo seleccionador y muchos directivos de dudosa reputación.
Por suerte, Danae también nos habla de las bondades del fútbol femenino, cada vez más solidario y cada vez más mediático, gracias en gran parte por ejemplo a la huelga femenina de las primeras jornadas de la temporada pasada que desembocó en un convenio laboral digno, pero que dista con el masculino. Gracias a iniciativas como esta, el fútbol femenino va ocupando muy poquito a poco el puesto que le corresponde, y es a través de este libro que una logra comprender en profundidad lo que pasan las futbolistas a diario para alcanzar esa única meta: ser reconocidas como futbolistas.
Si bien es cierto que esta lectura te atrapa desde su propia introducción, el último capitulo no me logra convencer del todo: es un reducido capítulo en el que critica al Real Madrid por no tratar de manera tan mediática a su sección femenina, pero que, en mi opinión, no hace justicia al resto de equipos con más tradición y más repercusión histórica como lo son el Rayo, Vallecano, el Levante, el Atleti o el Barça.
No obstante, y en definitiva, ‘No las llames chicas, llámalas futbolistas’ es un libro que puede – y debe- abrir los ojos a aquellos que ya habían empezado a abrirlos en referencia a la valía y el reconocimiento del fútbol femenino, y deslumbrará a aquellos que se niegan a abrirlos.
Y si queda algo por pedir, pido VAR para ellos, los mandamases de esta categoría, para que revisen la jugada… aunque en la liga femenina no hay VAR… curioso, ¿verdad? Otro gallo (u otra gallina) cantaría si nos dejaran escuchar más a menudo relatos como el de Danae. Próxima parada: narración de partidos de fútbol. Lecturaza.