#TuPlanningTeatro : Crítica de “Raclette”, de La Kimera Teatro

Una de las últimas propuestas que llegaban a la maravillosa programación de los Teatros Luchana es “Raclette”, una tragicomedia gastronómica de la compañía La Kimera Teatro donde dos vidas, aparentemente inconexas, acaban conectadas de por vida.

Por Cris | Siempre es un maravilloso planning revisar la cartelera de los Teatros Luchana y disfrutar de alguna de las estupendas propuestas que en ella podemos encontrar.

Entre comedias, humoristas y cuentos se encuentra “Raclette”, un montaje donde la emoción, la(s) historia(s) en dos planos y un olor delicioso que hace rugir estómagos se convierten en los ingredientes elegidos por La Kimera Teatro para presentar unas vidas, aparentemente inconexas, que acaban conectadas de por vida. ¿Cómo? Pues de la manera más “inocente”.

“Raclette”, una cena a medias de La Kimera Teatro

La compañía La Kimera Teatro celebra sus 10 años de trayectoria con una vuelta a los escenarios – tras la pausa pandémica – con esta “Raclette”, una cena a medias para personajes y público que puede verse los viernes de junio en la Sala 4 de los Teatros Luchana.

Miriam y Mario son una pareja que se enfrenta, junto a otros acontecimientos frustrantes, a la pérdida de un ser imprescindible en sus vidas. Por otro lado, Paula y Raúl , cuya relación no está en su mejor momento, invitan a cenar a Vero y Adolfo para cerrar un acuerdo laboral con el que no todos los comensales están de acuerdo. Todos cenarán raclette esta noche, pero nadie puede imaginar qué rumbo tomarán sus vidas al final de la velada.

Sinopsis de “Raclette”

Dirigida por David Ramiro Rueda, con un texto multipremiado de Santiago Cortegoso, pone en escena a cinco actores estupendos – Héctor González, María Llinares, Ángela Chica, Miguel Rascón y Elena González- , y fundamentales, para disfrutar de esta tragicomedia gastronómica que cuenta una historia de relaciones que no están en su mejor momento y en la que tienen un peso fundamental los apoyos, la comprensión y la esperanza. Personajes y universos que están pasando por momentos cruciales en su vidas, momentos de cambios, de inestabilidad y marcados por acontecimientos que harán mella en sus futuros.

Bajo el Efecto mariposa

En “Raclette” los cinco personajes no están solos en escena en la labor de hacer partícipe al público de esta interesante propuesta sensorial. No lo están durante esa cena a medias en la que se exponen temas como la muerte, la pareja, la maternidad, la codicia, la culpa y la violencia. Existe un elemento fundamental en torno al cuál interactúan de verdad durante setenta minutos: una verdadera raclette, una metáfora tangible que conduce los diálogos y las emociones de los personajes a través de la relación con la comida. Un juego excepcionalmente coreografiado que hace de vínculo entre las historias de estos personajes.

El hecho de comer en comunidad, y la confraternidad, se suma a la emociones encontradas entre las partes de esta historia de niños y de adultos. Un dominó de sucesos y sentimientos que tejen un verdadero efecto mariposa: en “Raclette” los pequeños gestos de una parte repercuten sobremanera en la otra. Es algo que explica muy bien el mensaje de las dos madres asimilando cómo un hecho infantil, inocente, conecta sus dos vidas para siempre. De cómo más allá de una conversación telefónica, su conexión transciende al día a día. Y así con todo(s).

Desde las posturas que van cambiando: la indiferencia o un muro de emotividad que poco a poco se desmorona para afrontar el miedo y el dolor; o de cómo ese encierro en el dolor se abre para dejarse abrazar por el amor y la superación, todo es un trabajo de interconexión de pequeños detalles de un guion muy bien armado. Una narrativa que incluye el humor, la ironía, la emoción y el factor sensorial que trabajan sobre esos pequeños gestos que se ven muy claros en los acontecimientos que derivan las historias.

Por todo ello, “Raclette” es un planning recomendable. Porque es sencillo, pero original, entretenido y expone cinco visiones diferentes de la vida, aparentemente incompatibles, pero que se necesitan adaptar y convivir pese a las diferencias. Y todo ello en una atmósfera que huele que alimenta. Estupendo.

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