Crítica de ‘La Duda’, dirigida por Darío Facal.

Sermones, sospechas y silencio

Darío Facal dirige “La Duda” – estrenada el pasado viernes en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares-, una extraordinaria adaptación teatral de la pieza original escrita por Patrick Shanley, ganador de un Pulitzer y un Toni, que aborda los abusos sexuales en la iglesia. Protagonizada por Carmen Conesa y Ernesto Arias,  junto a Marta Wall e Ileana Wilson, cuatro interpretaciones extraordinarias para unos personajes llenos de complejidad que introducen al espectador a ser testigo y juez de un discurso reflexivo donde el poder de la rumerología abruma la atmósfera de una historia tan sencilla y sutil como su puesta en escena. 

Por Cris | El pasado fin de semana arrancaba la nueva temporada del Corral de Comedias de Alcalá de Henares y lo hacía de la mano de su director, Darío Facal, con la nueva producción de su compañía, Metatarso. Colgando el cartel de localidades agotadas en las dos funciones de su estreno, ‘La Duda’ construye un planning teatral que invita a su reflexión bajo una narrativa de sermones, sospechas y silencios. 

A través del texto original de Patrick Shanley, con el que ganaría un Premio Pulitzer y un Toni, Facal dirige con sencillez y elocuencia una adaptación estupenda protagonizada por Carmen Conesa, Ernesto Arias,  Marta Wall e Ileana Wilson . Elementos como la tolerancia y el respeto, la bondad y amor a la verdad, así como el derecho al honor y a la buena reputación desfilan por una historia ficticia ambientada en una escuela del Bronx neoyorquino de 1964 vinculada a una parroquia católica. Allí, la hermana Aloysius, dirige con rectitud y una estricta disciplina un centro en el imparte clases el padre Flynn, una figura de carácter contrario que prefiere otros métodos menos autoritarios y más acogedores. 

¿Culpable o inocente? Ahí está la duda

El trabajo de cuatro personalidades complejas, cuya carga emocional o contención sentimental construyen actitudes y sermones, son junto a pocos elementos materiales más la sutilidad y sencillez de esta pieza. Una madre superiora, una beata joven y un cura agradable se pasean de la mano de la disciplina, la inocencia y la humanidad, los sentires y actitudes que manejan las tres figuras religiosas de este discurso. En el, Carmen Conesa, ejerce de madre superiora recta e inamovible, tanto de parecer como de escena, que convence con la habitualidad garra con la que trabaja cada ejercicio teatral, y el buen hacer de Ernesto Arias, con un poder carismático y conmovedor decisivo, se completa con Marta Wall e Ileana Wilson, cuyas mujeres secundarias tienen una importancia superior en la creación del halo cargado de rumorología que gobierna la atmósfera de esta historia. 

¿Inocente, culpable o imposible saberlo? La duda siempre está presente: ¿el padre Flynn es un despreciable pederasta que merece, no solo ser expulsado de la escuela, sino un juicio mayor, o la hermana Aloysius está llevando a cabo una caza obsesiva en contra del sacerdote con poco fundamento veráz? ¿Quién lo sabe? ¿o quién no lo sabe? Nadie parecer ser dueño de la verdad.

Sin duda, ‘La Duda’ es una obra estimulante en manos de cuatro magníficos intérpretes que transforma la duda en un espacio abierto y elíptico al que entrar con más coraje que convicciones. Aquí, la ambigüedad y la incertidumbre se pasea a sus anchas por todo el espacio escénico, porque aquí el espectador es sinónimo de testigo, de audiencia, de jurado. Un texto inteligente y directo en la que cada palabra, cada diálogo, cada escena se sirve para atrapar y contagiar a cada cual a fin de que cada un@ saque sus propias conclusiones. 

Un clásico dedicado a ese fervor tan remoto hacia los rumores. Enorme. Enhorabuena.

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