La primera novela del director de cine Dani de la Orden es una planning lector imperdible. «Darse un tiempo (y otras mentiras)» es la historia de una ruptura y diganostico de ñoñitis aguditis propio del consumo masivo de comedias románticas. Ironía, humor y un sin fin de gustosas referencias cinematográficas. Un disfrute de lectura total.

Por Cris | Recibido, abierto y leído del tirón, «Darse un tiempo (y otras mentiras)», es el fantástico debut literario de Dani de la Orden – que hace poquito estrenaba nueva (preciosa) película en Netflix, «Loco por ella»-, un planning lector totalmente recomendable.
La historia de una ruptura, la vuelta a la soltería, las inseguridades, los proyectos, los sueños, el falso romanticismo y la toxicidad de las relaciones articulan estea guionnovela tan fantástica. Claro que, lo confieso: yo también soy ultra fan de «Love Actually», como David, el prota millenial que cree a pies juntillas en el ñoñismo cinematográfico, pero cuyo espejo difiere en la realidad.
Ñoñitis aguditis y las comedias románticas
El disfrute lector que supone «Darse un tiempo (y otras mentiras)» tiene mucho que ver con la excelente narrativa de la novela – Dani, qué gozadera -. Resulta una lectura con un poder de absorción tremendo. Es ligera, divertida y entretenida. Y claro, tan cinéfila como su autor, y tan imperdible como «Love Actually» (y lo sabes).
Después de que David rompa con Sara (¿o Sara rompa con David? Esto nunca quedará claro), David tendrá que convivir con la soltería y con sus inseguridades refugiándose en esa gran mentira que es el darse un tiempo.
«Darse un tiempo» y que las redes sociales te recuerden que hace un año estabais juntos y enamorados. «Darse un tiempo» para centrarse en el trabajo (que tampoco es que vaya del todo bien, ya que intentar que el último videoclub de Barcelona no vaya a la ruina no es fácil). «Darse un tiempo» para enamorarse (o eso cree él) de otras personas. Y «darse un tiempo» para descubrir que lo que David pensaba que era ser un romántico y vivir en un constante Love Actually no era más que ser un ser tóxico plagado de dudas que, arropado por el amor, no deja de hacer daño a las personas a las que más quiere.
Aquí, David, el protagonista, es un ejemplo claro de ñoñitis aguditis por consumo masivo de comedias románticas. Con él, su compañero de trabajo, sus frustraciones, su desescalada emocional y ese gustazo de referencias cinematográficas, esta primera novela de Dani de la Orden es MUY recomendable. Y es que, al final, todxs somos un poco David.