La ‘Carmen de Mérimée’ de la compañía de Sangre y Raza sube a escena sentimiento más puro de un mito universal a través de la danza española de una bellísima puesta en escena.
Por Cris | Basándose en la novela de Prosper Mérimée, la Compañía de Sangre y Raza regalaba a la programación de la segunda semana del Festival Clásicos en Alcalá una ‘Carmen de Mérimée’ de una preciosidad folclórica extraordinaria. Porque tomando el sentimiento más puro de un mito tan universal como lo es Carmen, que nada tiene que ver con la femme fatal retratada por Bizet en su famosa ópera, el montaje refleja escena a escena las pasiones y la libertad de una mujer atada dentro una sociedad patriarcal de la España del siglo XIX.
‘Carmen de Mérimée’, el toque flamenco de ‘Clásicos en Alcalá ‘
El maravilloso trabajo de la Compañía de Sangre y Raza ponía el toque flamenco a la segunda semana de los Clásicos en Alcalá, un festival que entiende en esta edición la diferentes disciplinas artísticas-escénicas como canal para trasladar la esencia de las historias más clásicas.
A través de 14 bailarines, una cantaora en directo, música original del español Daniel Yagüe, vestuario de época, los grandes temas que Bizet compuso para la obra y párrafos exactos extraídos del libro esta puesta en escena de ‘Carmen de Mérimée’ repasa en 13 escenas el relato del romance de Don José y Carmen. Juan Manuel Prieto y Carlos Fajardo han creado su propia versión de la historia de Carmencita a través del lenguaje de la danza como mecanismo conductor donde el recreo de escenas míticas de la obra, el cuidado fotográfico de cada cuadro, el apoyo en una iluminación que expone el sentimentalismo de cada número, el folclore y los bailes flamencos y el precioso vestuario invita al espectador a adentrarse a un entramado de manera naturalista.
Y aquí, salvo el desliz de dejar escapar la emoción entre escenas, cuando el silencio corta la continuidad de la narración, esta ‘Carmen de Mérimée’ de la Compañía de Sangre y Raza refleja en cada escena y en cada danza la esencia misma de los sentimientos de cada uno de los personajes que retratan el mito universal de Carmen.
En dos actos, la narración de aire cinematográfico del montaje trabaja en pos de acercarse a una visión realista y así mostrar la novela de Mérimée del modo más fiel posible. Porque Carmen será siempre libre: «libre nació y libre morirá», y al son de ese leitmotiv se despliega esta obra de un amor truncado por los celos capaz de contagiar al espectador la sensación de estar integrado dentro de la historia.