Crítica de “Guerra”, un musical firmado por Albert Plá

MARGARITAS A LOS CERDOS

  • El Teatro Nuevo Apolo acoge un musical basado en una idea original de Albert Plá: ‘Guerra’.
  • Un espectáculo que promete no ser un musical al uso y, desde luego, no lo es.

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Por Raquel | Desde fuera, la obra de Plá (que también está acompañado por Fermín Muguruza y ‘Refree’) parece dar mucho más de lo que, sentado en la butaca, uno encuentra ante sus ojos. Hubo incluso quien decidió abandonar la sala durante el musical (y no fueron pocos). Ni tampoco son pocas las razones.

Hacer un espectáculo musical vestido de ironía y crítica social “gamberra” no es una hazaña fácil de llevar a cabo. Solo proponerlo merece un respeto, todo sea dicho. Sin embargo, puede resultar pretencioso si no se anda con cuidado.

La guerra es un tema que, por desgracia, está de plena actualidad. La guerra da respeto y sus víctimas merecen respeto, si nos ponemos a hablar de respeto. ‘Guerra’, con su estilo teatro protesta, pretende abrir los ojos de un espectador que observa la crueldad del mundo desde su sofá, ajeno a la atroz situación que una guerra supone. Y hasta ahí bien. Valiente, mirando a la realidad a la cara.

Con el desarrollo de la obra, comienzan a ponerse temas y problemas sobre la mesa, tales como la pseudo-socialización que supone la era del emoji, la hipocresía de la publicidad, la influencia de los medios… Sin embargo, estos no parecen llegar a una conclusión clara, ni de mostrar realmente una situación que argumente en sí misma lo perjudicial de todo esto.

Incluso todas estas cuestiones empiezan a entrecruzarse en una marabunta de problemáticas que más allá de agobiar al espectador (eso sí está logrado) conforma poco a poco una queja hueca que lleva casi a la banalización de las situaciones que encierra.

‘Guerra’ pasa de puntillas sobre el terror y acaba incurriendo en el mismo error que trata de criticar. No conciencia, grita a un espectador “infoxicado” que escucha gritos cada día desde su televisor, desde su smartphone… Y ese espectador, narcotizado, hace oídos sordos a todo este ruido que asola el mundo. ‘Guerra’ no le llega.

Es una lástima que el arma social que es el teatro quede desvirtualizada de esta forma. Más incluso si tenemos en cuenta el gran teatro en el que se ha acogido y la gran estructura audiovisual e interactiva que encontramos en el escenario.

Hay tantas grandes obras concienciadas con el horror que saben hacer llegar ese dolor al espectador pero que no cuentan con tantos medios, que cuando uno encuentra este despliegue y se da cuenta que el objetivo no se cumple, que no hay profundidad, que no hay preguntas porque las quejas le han sido gritadas como a ganado, duele en el alma del arte. Cuando ni siquiera la interpretación tanto actoral como musical son excelentes ni de lejos (en un, a pesar de todo, musical) entonces, uno se da cuenta que dar tanto a una obra tan vacía es como dar margaritas a los cerdos.

 

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